Los niños necesitan protección, ya que dependen de otras personas para satisfacer sus necesidades y para su supervivencia y bienestar. Los padres y madres son la fuente principal de protección para los niños y el recurso normal para cubrir sus necesidades básicas. Pero es imposible que los padres y madres puedan atender directamente todas y cada una de las necesidades de sus hijos: cuidados físicos, médicos, estimulación cognitiva, supervisión, etc. Para ello, cuentan con sistemas de apoyo informales (por ejemplo, familiares, amistades) y formales (por ejemplo, servicios educativos, sanitarios, Servicios Sociales) que les ayudan, complementan y cuando es necesario les sustituyen temporalmente en el cumplimiento de las responsabilidades parentales. Cada uno de estos “niveles o agentes de protección” (familia, y servicios informales y formales de apoyo) cumple una serie de funciones y debe asumir una serie de responsabilidades respecto al cuidado de la salud física y emocional de los niñ